La figura de José Bohr (1901-1994) no ha sido considerada desde su real importancia dentro de la historia del cine chileno. Hay muchas aristas para ponerlo en un sitial relevante, siendo la más evidente la amplitud de su obra. Dirigió 21 películas solamente en Chile y, de estas, 15 fueron estrenadas en apenas 13 años (1942- 1955), convirtiéndose en el cineasta más prolífico de la década de los 40 y en el más productivo antes de la aparición de Raúl Ruiz.
La Cineteca Nacional de Chile abordó el desafío de restaurar una colección de nueve películas a partir de copias pertenecientes al archivo de esta cineteca y de la Fundación Chilena de las Imágenes en Movimiento, poniendo en valor un conjunto de obras de nuestro cine clásico. El proyecto contó con el aporte del Programa de Apoyo al Patrimonio Audiovisual del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio.
Son títulos que datan desde 1942 hasta 1970, entre ellos, varios de los primeros largometrajes producidos en nuestro país. Los materiales estaban en variado estado de conservación, por lo que cada uno de ellos tuvo requerimientos particulares. Fueron escaneados a 4K y tanto la imagen como el sonido se restauraron digitalmente.
Con esta colección esperamos no solo resituar estas películas en el panorama del cine clásico industrial chileno, sino también aportar a la salvaguarda y conocimiento de una cinematografía cuyo estilo popular buscaba imitar modelos de producción foráneos (hollywoodenses principalmente), pero a la vez, trató de plasmar cierta identidad propia o estereotipos reconocibles para el espectador. Es así como Bohr llevó a la pantalla guras populares en otros medios (música, radio y teatro), como Ana González, Eugenio Retes, Ester Soré, Lucy Lanny y Lucho Córdoba, entre otros, con el fin de alcanzar a un público masivo. Asimismo, instala a los protagonistas en los moldes genéricos del momento: la comedia y el melodrama, tanto desde el aspecto narrativo como visual. Todas, siempre ancladas en lugares que apelan a un criollismo (el campo o sectores citadinos reconocibles como el centro de Santiago), con personajes afines donde predomina el campesino que llega a la ciudad, el pobre que se enfrenta a la adversidad con optimismo y picardía, y las dicotomías clásicas de campo-ciudad, ricos-pobres, desdicha y felicidad, entre otros clásicos del mo- mento.
Son nueve los títulos restaurados que conforman esta publicación, que esperamos puedan ser disfrutada por públicos diversos y contribuir en relevar la importancia de la obra de José Bohr para la historia de nuestra cinematografía nacional.